El lenguaje es una herramienta para comprender y describir
el mundo que nos rodea.
Pero no siempre somos capaces de expresar lo que queremos o
expresar algo aun no queriendo.
El lenguaje involuntario nos dice, por ejemplo que alguien
que cierra los puños pierde la paciencia, que se impacienta si mueve demasiado
los dedos o se siente incómodo si frota su cuello. Da la mano con firmeza y
demuestra seguridad, mantén la calma, una mano sudada genera dudas. Así, adoptamos una posición defensiva al bajar
la cabeza y mirar fijamente, si por el contrario hacemos lo mismo bajando la mirada,
indicamos un rol sumiso ante la situación en cuestión.
Comunicarnos, intencionadamente o no, es expresar nuestra
idea, nuestro convencimiento. Cuando estamos profundamente convencidos de algo
y pretendemos convencer de ello a alguien, vendemos nuestra idea.
Y es en la venta donde las evidencias del lenguaje nos
avisan del éxito o el fracaso de nuestro propósito.
Una pequeña sonrisa, nos indica seguridad y conformidad,
habremos conseguido su interés si ladea la cabeza, del mismo modo si con la
cabeza indica a la dirección contraria, es una clara falta de interés. Quizá lo
hayamos aburrido si tras la falta de interés lleva la mirada al suelo, o al
techo.
Si levanta la cabeza, demuestra interés y si asiente
levemente, hemos acertado. Si es tu primera venta, seca tus manos y estrecha
con firmeza.
Cómo influyen los gestos al transmitir información.
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