viernes, 4 de septiembre de 2015

AMOR A JORNADA COMPLETA.




Los amoríos en el trabajo son tan antiguos como el propio trabajo y es que compartir tiempo, experiencias, preocupaciones y alegrías acaban por unir, a veces demasiado. Y hay mil ejemplos, clichés y estereotipos sobre ello: doctor y enfermera, jefazo y secretaria, albañil/fontanero/ butanero y ama de casa, profesora y alumno, compañeros.




Puede parecer divertido, emocionante y excitante, incluso, hablemos sin tapujos, una oportunidad laboral, pero encierra peligros, dramas y malrollismo en general.  Y es que una vez más, todo es lo que parece.
Por ejemplo, las mujeres son tan infieles como los hombres. La razón mas común es sensación de abandono en su relación, los hombres sin embargo, buscan sazonar la rutina diaria. Por lo que entendemos que el sexo no es la única motivación, sino buscar fuera de casa lo que falta ahí (atención, cariño, reconocimiento).

¿Cómo surge?

Ves a es@ compañer@ con más emoción que al resto y te gusta pasar tiempo a su lado.
Te arreglas un poco más, con la esperanza de que note ese cambio.
 Empiezas a lanzar mensajes subliminales como hablar de los problemas de tu hogar.
Siempre le reservas una sonrisa, o un coqueteo.
Fantaseas sobre cómo sería estar juntos en una relación o sexualmente.
Hablas continuamente de el/ella cuando estás con tu pareja o amigos. O, nunca l@ mencionas, lo mantienes en secreto, porque tu fuero interno te dice que no puede ser.
No comentas a tu pareja tu relación con est@ compañer@, si salís a almorzar, si bromean, porque sabes que no son simples detalles.

Estas conexiones emocionales pueden ser trampas sexuales y no tener nada de emocional. Por eso, limita tus encuentros con el/ella o hazlo en público, y no compartas más de lo estrictamente laboral con el/ella.

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